La recuperación de los centros historicos y su desarrollo integral
Presentación
La Ciudad de La Habana, fundada a principios del siglo XVI, cuenta con un considerable patrimonio monumental urbano y arquitectónico en su centro histórico. Debido a la natural evolución de la ciudad, esta zona se fue transformando en un sector marginal desde hace siglo y medio, caracterizado ya desde hace décadas por el gran deterioro de sus estructuras, la sustitución de usos adecuados por otros nocivos y las malas condiciones del hábitat en general.
La rehabilitación del centro histórico de La Habana se ha visto impulsada extraordinariamente a partir de la aplicación de un nuevo modelo de gestión establecido desde 1993, paradójicamente bajo el escenario de la peor crisis económica que haya sufrido el país, sin renunciar a la responsabilidad pública para la salvaguarda del patrimonio nacional. Tomando a la cultura como eje principal, se entiende al ser humano como centro de todo el proceso, en tanto creador, portador y transmisor de patrones culturales, y por ende protagonista del desarrollo. A la visión sociocultural de la recuperación, se sumó una visión económica, bajo criterios de rentabilidad, con el fin de hacer sostenible el proceso.
El modelo es aplicado por una entidad sui géneris, la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, en reconocimiento a su larga trayectoria y experiencia en temas relativos al patrimonio cultural. Se trata de una institución fundada en 1938, pionera en los avatares de la salvaguarda patrimonial y en la defensa de la identidad nacional, que ha estado siempre estrechamente vinculada a todo proceso de protección del patrimonio tangible e intangible y que ha transcurrido por diversos escenarios políticos y socioeconómicos, haciendo prevalecer su rol de vanguardia intelectual. La Oficina ha tenido un compromiso permanente con la Nación y ha logrado importantes resultados en el cumplimiento de sus responsabilidades.
La larga experiencia de la Oficina ha sido conducida primero por el Dr. Emilio Roig de Leuschenring, quien fuera Historiador de la Ciudad de La Habana desde la fundación de la Oficina hasta 1964, y luego por el Dr. Eusebio Leal Spengler, creador y promotor de una visión humanista y revolucionaria de la recuperación del patrimonio cultural de Cuba. Desde hace 10 años, junto a un equipo de colaboradores, la Oficina ha desarrollado y aplicado criterios muy novedosos de gestión. El Dr. Eusebio Leal Spengler fue distinguido con el título de “Embajador de buena voluntad de Naciones Unidas”.
En materia de desarrollo humano, se le reconoce una importancia estratégica a la rehabilitación económica y social, estrechamente vinculada al rescate patrimonial. Entendidas las tres dimensiones con un enfoque integrador, se garantiza la implicación de los ciudadanos en el proceso. En la medida en que se reactiva la economía local bajo esta óptica, se generan nuevos empleos, mejoran las condiciones del hábitat y se reduce el perfil de marginalidad, imponiéndose una dinámica de recuperación que actúa como efecto sinérgico y multiplicador de las inversiones, ensanchando las áreas recuperadas y aumentando los recursos a disposición del desarrollo.
A partir de la aplicación de los nuevos mecanismos de gestión y hasta la fecha, la Oficina ha generado utilidades por más de 160 millones de USD, que han sido reinvertidos directamente en el proceso de rehabilitación. Esa activación de la economía local ha movilizado, además, cuantiosos recursos en divisas provenientes de la Banca Nacional, de la Cooperación Internacional y del presupuesto del Estado, en moneda nacional.
La obra ha sido reconocida en primer lugar por la ciudadanía y la Nación cubana, dando fe de ello investigaciones aplicadas y la propia opinión pública, que valora positivamente los resultados.
El principal beneficio obtenido es la recuperación del 33% del área del Centro Histórico a partir del impulso de la economía local, principalmente de base Estatal, con la consiguiente generación de empleo a gran escala. El esquema integrador adoptado permite reinvertir en beneficios directos a la ciudadanía los recursos obtenidos de la explotación del turismo y otros sectores de la economía. Se puede afirmar que La Habana Vieja es un laboratorio donde se ensaya una nueva visión del manejo de áreas antiguas.
Igualmente ha tenido un alto grado de reconocimiento internacional, destacándose él recibido por el Sistema de las Naciones Unidas, especialmente del PNUD y la UNESCO. Para el mayor acercamiento a cómo se desarrolla el proceso en el Centro Histórico de La Habana, han sido convocados especialistas a más de 300 foros internacionales.
De 2000 a 2004, la experiencia de la Oficina del Historiador ha ganado 10 premios y reconocimientos por parte de prestigiosas instituciones internacionales.
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