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Presupuesto Participativo
Presentación

En muchos países la planeación y ejecución de los presupuestos públicos es víctima de despilfarros e inconvenientes ligados a la concentración de poderes. Brasil tuvo, por décadas, tasas de inflación importantes, haciendo difícil la gestión de los presupuestos y el control de su ejecución por parte de la población.

En 1989, en la ciudad de Porto Alegre, capital del estado de Rio Grande del Sur, con una población de 1,4 millones de habitantes, hubo una transformación en la corriente histórica. Olivio Dutra, nuevo alcalde de Porto Alegre, y su equipo, deciden establecer un nuevo mecanismo de administración municipal, llamado “presupuesto participativo” (PP) basado en los fundamentos de justicia social y en la voluntad de abarcar a las clases de la población sin representantes y hasta entonces excluidas.




La discusión democrática estuvo presente como estrategia en la prioridad que fue dada a la participación popular como camino para consolidar en la ciudad un modelo de democracia participativa que expresara el vigor por hacer propuestas de la sociedad. Las grandes obras sólo fueron viables con las finanzas saneadas y bajo control popular proporcionando una amplia capacidad de negociación y credibilidad junto a los órganos financieros. De la misma forma, todas las acciones fueron fruto de una planeación rigurosa y una deliberación popular.

La modernización urbana de la ciudad se hizo presente, por lo tanto, en las grandes y pequeñas obras de saneamiento, estructura vial, y movilidad urbana que, unidas a políticas en el campo social y el desarrollo económico se hacían fundamentales para consolidar Porto Alegre como la ciudad con los mejores índices de calidad de vida del país, con el mejor sistema de transporte, reconocidas políticas en el área ambiental, con óptimas oportunidades de inversión.

El Presupuesto Participativo constituyó una forma de participación directa de la población en las decisiones relativas a la política y a la utilización del presupuesto de una ciudad. El presupuesto participativo permitió la democratización de las decisiones sobre los recursos públicos de la ciudad. A partir de la experiencia innovadora del PP, cada año fueron surgiendo foros, consejos, comités, Congresos y canales de participación popular en Porto Alegre, también llamada la Capital de la Democracia.

La población participa en las negociaciones, en la definición del presupuesto y controla su ejecución. El presupuesto participativo es un medio de inclusión social, de refuerzo al poder de la población y contribuye a una mayor equidad y utilización de los recursos.




Tras su creación, el PP de Porto Alegre sufrió múltiples modificaciones en su modo de funcionamiento y en su estructura. Esto se debe a un proceso dinámico donde diferentes características permiten comprender su realización. En cuanto al método, son fundamentales tres características: la división de la ciudad en regiones geográficas, la creación de centros administrativos, cuyo papel es el de acercar la población al gobierno, y la agrupación de las acciones en grandes “prioridades temáticas”. En términos de funcionamiento operacional, el PP se caracteriza por “ciclos de asambleas” repartidas durante el año. Durantes esas reuniones, se toman decisiones y se ponen en marcha acciones con la finalidad de constituir el PP, el cual permite obtener la ley de las finanzas del Municipio.

Esta experiencia es un ejemplo de administración democrática a escala local y ha sido adoptada por más de 100 Municipios del Brasil y por numerosos Municipios en el mundo. En 1996, el “presupuesto participativo” de Porto Alegre fue seleccionado por el Habitat II de las Naciones Unidas como una de las 40 mejores experiencias innovadoras entre otras 600.