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Código de acceso, los jóvenes y la información
¿Qué problema soluciona?

Según los resultados de la investigación Atlántida sobre la cultura juvenil en Colombia, realizada en 1994 con apoyo de Conciencias y la Fundación FES, los adolescentes colombianos no tienen espacios de expresión propios en los medios de comunicación y por tanto su visión del mundo no es reconocida como válida por parte de los adultos, quienes están al frente de la producción de información que consolida la opinión pública. Esta situación aísla a los jóvenes de la posibilidad de participar en la construcción de la sociedad.

A diferencia de otras generaciones, donde el joven participaba de la construcción social de su entorno a través de diversas actividades que lo ponían en contacto con el quehacer del adulto, como es el caso de su vinculación temprana a la fuerza de trabajo o a ciertas actividades culturales, a partir de los años 70 y 80 la noción de joven comienza a cambiar. Empieza a generarse un mundo aparte, con identidad propia, con mercados específicos de consumo, políticas de juventud, consejos de participación exclusivos para este grupo de edad vagamente definido. Este fenómeno lleva a que el joven no se confronte con el adulto, ni a que el adulto confronte al joven en los mismos espacios de reproducción social, llevando a que no haya aprendizaje cotidiano de una generación a otra, que garantice la transmisión cultural.




Las conclusiones reportadas por la investigación Atlántida llevaron a generar la revista Camaleón, una publicación de jóvenes para adultos, que se constituyó en la predecesora de lo que hoy día es Código de Acceso. Esta iniciativa fue recibida por la Casa Editorial El Tiempo, que abrió las puertas al grupo de jóvenes que lideraban la revista, quienes durante un año tuvieron la oportunidad de construir una propuesta editorial con los periodistas, los diagramadores y los reporteros gráficos del periódico. Aunque la iniciativa de distribuir la revista junto con el periódico no prosperó por circunstancias económicas, la experiencia de trabajar conjuntamente jóvenes y adultos en la sala de redacción para diseñar y pensar la revista, se constituyó en una prueba piloto de la escuela de Periodismo de Código de Acceso. Hoy día el periódico cuenta dentro de su cuerpo de periodistas con chicos escolares y de primeros años de universidad que alimentan la producción editorial con su visión del mundo.

En comparación con otras iniciativas de comunicación para la juventud que suelen ser de duración corta y que se limitan a generar una página, un suplemento o una revista de y para muchachos y muchachas, Código de Acceso ha logrado que los jóvenes hagan parte de la estructura del periódico, permitiéndoles conocer y participar efectiva y activamente con su propia visión de la vida, dentro de todas las secciones del periódico.

Código de Acceso es una innovación pedagógica y comunicativa que le apuesta a nuevas metodologías de trabajo entre jóvenes, siendo pionera en América Latina.