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Torres agrícolas en pisos
Las torres agrícolas, en la práctica
Los aparatos dedicados a la circulación del agua son alimentados por un panel solar fotovoltaico fijado sobre el techo de la torre agrícola lo que lo hace, gracias a sus baterías, autónoma en energía. La multiplicación de estos paneles solares fotovoltaicos permite la producción de electricidad en mayor cantidad para otras necesidades.
El techo protege los cultivos de las inclemencias del tiempo y del granizo y permite la recuperación del agua de lluvia que, por un circuito independiente, descenderá a una cisterna colocada bajo la torre, proporcionando una reserva de agua gratuita, permanente y renovable.
Esta reserva puede ser aumentada por la elección de una cisterna de cabida más grande y\o la perforación de un pozo bajo la torre en el momento de su instalación. La torre se vuelve entonces autónoma, su agua será bombeada a la demanda por el sistema de gestión semi-cerrado descrito en el párrafo siguiente. Las cisternas son herméticas a las poluciones exteriores.
El regadío, controlado en circuito semi-cerrado en compartimientos, es administrado de manera estándar por una tarjeta electrónica fijada en un armario que sirve también para proteger la batería y la bomba, que enviará en función de la programación deseada, otra vez el agua en el circuito de regadío, el cual puede ser administrado continuamente o en gota a gota. Una informatización opcional de la gestión del agua permite refinar las necesidades para cada tipo de cultivo.
En la fachada sobre la puerta del armario, el programador permite un acceso rápido a la programación de los regadíos - frecuencias, duración.
Una alerta señala una falta eventual de agua. Siendo suprimido el trabajo de regadío, el personal está disponible para llevar a cabo tareas más productivas. De este modo es posible añadir, para el regadío, un sistema paralelo de tratamiento de los cultivos con recuperación de los derrames en una cisterna suplementaria, sin riesgo de polución de las tierras por desperdicios externos intempestivos.
Una de las partes más interesantes del sistema es la recuperación del agua habitualmente perdida después del regadío. Luego de pasar por la tierra de los compartimientos, el agua de la lluvia se filtra a través de arcilla y por capilaridad genera una reserva de agua que se restituye naturalmente a las raíces en la fase normal de evaporación.
Este sistema permite a las plantas beneficiarse de dos tipos de regadío y no sufrir una falta eventual de agua. Se puede economizar agua en un 50 a un 70%, según las condiciones atmosféricas y si los tipos de cultivos son golosos en agua o no.
Una de las particularidades innovadoras de las torres agrícolas es la presencia de las cintas auto-sustentadoras que sostienen los compartimientos. Estas son regulables en altura de 5 cm. en 5 cm. y permiten un trabajo erguido, suprimiendo así todos los inconvenientes inherentes a la jardinería tradicional en el suelo.
Las pasarelas en enrejado son también regulables en altura y permiten, asociadas con las escaleras, circular por la torre agrícola. Dejan pasar la luz por los vegetales. Su ancho puede ser adaptado a las personas con movilidad reducida o en silla de ruedas. A esta comodidad de trabajo se asocia una comodidad de vigilancia de los cultivos. A la altura de hombre es mucho más fácil vigilar los cultivos, detectar una enfermedad, una invasión parasitaria, etc.
Adaptada a cada necesidad (cultivo, pre-cultivo, vivero, experimentación, etc.), la torre agrícola es autónoma en su funcionamiento y puede permitir también abastecer electricidad más allá de sus propias necesidades.
Para las grandes unidades de producción podemos prever la colocación de un elevador que facilita el trabajo de manutención de las cosechas. En invierno, las torres se pueden convertir en invernaderos, gracias a plásticos armados y adaptados a la estructura. De la misma manera, se pueden colocar redes para prevenir los daños debidos a los insectos.
Con las torres agrícolas en compartimientos sobrealzados, las poluciones accidentales líquidas y sólidas, las coladas de lluvias o de lodo pasan bajo las torres y dejan intactos los cultivos. Este alzamiento impide también el acceso a gran número de roedores y de rastreros que encuentran poco para engancharse sobre el acero galvanizado. Así el número de producciones estropeadas a causa de las enfermedades, poluciones, inclemencias, roedores e insectos es considerablemente reducido.
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