Ideassonline.org

El Paquete para el Manejo Integral de Plagas (MIP)
¿Qué problemas soluciona?

La mosca del olivo Bactrocera olea Gmelin (Dipt. Tephritidae) es una de las plagas más peligrosas en el agro-ecosistema de los olivos. El insecto puede sobrevivir y desarrollarse en cualquier área del mundo donde crezcan árboles de olivo. En las áreas donde la mosca del olivo no es controlada, ésta es responsable de pérdidas que alcanzan el 80 % del valor del aceite. Para algunas variedades de olivas de mesa, la plaga puede incluso destruir toda la cosecha. Se estima que el insecto es responsable del 30-40% de las pérdidas en la producción de olivas en la región Mediterránea.

La mosca del olivo es estrictamente monófaga y la hembra gestante deposita sus huevos dentro del fruto del olivo. La larva resultante se alimenta cavando túneles a través del mesocarpio, que se infecta rápidamente con hongos. La oliva afectada no es apta para ser procesada y la calidad del aceite resultante se reduce notoriamente. Los adultos aunque están activos durante todo el año, siempre que las temperaturas lo permitan, solo preocupan a la economía durante el período de crecimiento del fruto del olivo. La deposición de los huevos y el daño normalmente se inician con el principio del verano, aunque buena parte del daño ocurre en el otoño cuando el fruto está maduro.

Ciclo Vital de la mosca del olivo

• La mosca del olivo pasa el invierno como pupa en el suelo, aunque un porcentaje de la población puede emerger durante los meses invernales
• La mayoría de los adultos emergen en primavera
• Los huevos son depositados individualmente bajo la cáscara de las olivas inmaduras y eclosionan en 2-3 días
• La larva anida en la fruta y se desarrolla en 10-15 días
• En el verano, la larva se hace pupa dentro de la fruta
• El ciclo vital durante el verano dura aproximadamente 4 semanas.

El control de la mosca del olivo se basa por lo general en el uso de insecticidas basados en organofosforos (cebos y aerosoles encubridores). Sin embargo, el uso continuado de dichos productos ha sido cuestionado en años recientes, especialmente por los ambientalistas. Han sido detectados residuos de pesticidas en el aceite de olivas y en ambientes donde crecen los olivos. Hay una fuerte tendencia a reemplazar estos insecticidas de amplio espectro con métodos o materiales que son menos destructivos y nocivos para el medioambiente y la salud humana.

Durante las últimas décadas, todos los países cultivadores de olivos en la región Mediterránea han dedicado grandes esfuerzos al desarrollo de métodos alternativos para el monitoreo y el control de la mosca del olivo por medios semiquímicos, tanto feromonas sexuales como atractivos alimenticios. Las investigaciones realizadas también han tenido como propósito insertar estos métodos en el Paquete MIP, junto con otras prácticas culturales (cosecha temprana de las olivas) como medio para escapar de la infestación elevada de Bactrocera oleae.

Los intentos por controlar la mosca del olivo atrayéndola hacia aparatos o mecanismos que las matan se hicieron inicialmente en Grecia en los años 60. Las trampas de McPhail, con una solución de proteína hidrolizada como cebo, se usaron para atraer las moscas. También se utilizaron trampas amarillas pegajosas para atraer las moscas pero, como han enfatizado muchos autores, éstas pueden ser nocivas para algunos insectos benéficos que también responden al señuelo. Desde que se identificaron las feromonas de la mosca del olivo, trampas de feromonas se han desarrollado y probado en España, Grecia e Italia.

La introducción de productos basados en productos semiquímicos (feromonas sexuales y atractivos alimenticios) así como de prácticas culturales, como método de control en los Paquetes MIP para el control de la mosca del olivo, han sido muy exitosos y han producido los mejores resultados en términos de eficacia, reduciendo la pérdida de cosechas, aumentando los ingresos de los cultivadores y reduciendo el uso de pesticidas y residuos de éstos en los productos derivados de los olivos.